viernes, 8 de mayo de 2009

Dos manos,dos hijas, diez dedos, diez años


Uno de Junio de 1999, estación de autobuses de Méndez Álvaro, Madrid. Una rosa entre mis manos, que me sudan. Cuerpecito de mujer, potente en tus contornos, paso firme y femenino. Te acercas y me besas, el primer beso que no te atreviste a darme la noche anterior en el cine. Mis torpes labios, echan por tierra mis románticos mensajes a tu móvil, cientos de mensajes. El peor beso para enlazar una madrugada eterna para un único deseo. Amarte.

Tu mano fina y estilizada, con tacto, acaricia la mía, seca y rugosa, y se desliza despacio para unirse, y encajar perfectamente. Dos piezas desiguales y heterogéneas. Tus ojos color miel no paran de brillar, me miran con dulzura. Casi no te he besado y ya eres mi único deseo.

Uno de Junio de 2009, un pisito de un barrio humilde en Madrid.

¿Papá? ¿Por qué besaste a mamá por primera vez en una estación de autobuses? Pregunta Lucía con interés
Es que tu padre era antes muy romántico, pero eso era antes. Anda, ves a la habitación un momento a vigilar a la hermanita pequeña, le contestó su madre.
Ahora que estamos solos, puedes intentar mejorar ese beso de hace diez años ¿no, marido? Según se besaban en esos segundos de intimidad, ella volvió a coger mi mano. Aún siguen encajando perfectamente.

César, 8 de mayo de 2009