martes, 2 de diciembre de 2014

Sueño de una noche de verano

La tormenta de verano arrecia en la madrugada. Cibeles se empapa por todos nosotros. Agrupados y encogidos buscamos nuestro huequecito en el autobús; prendas mojadas, cabellos húmedos, rostros cansados y olor a alcohol. El murmullo ahoga el aire y el vaho de los cristales me da aún más sensación de ahogo. Hasta que llega ella, paraguas en mano y pelo corto muy liso, y además, seco. De espaldas a mí, saca su libro del bolso y sujetándolo milagrosamente con una mano, comienza nuestro viaje juntos. Cada parada del búho es un oasis para mis sentidos. El frenar del vehículo y la inercia hacen rozar su cuerpo con el mío. Cada vez que pasa una página aprovecho para ayudarle a no perder el equilibrio y cada vez que ella intenta disipar su destino a través del cristal se cruza con mis ojos . Prefiero cerrar los ojos y soñar que me besa abrazada a mi cuello. El conductor me zarandea para invitarme a bajar. El trayecto ha finalizado. Al día siguiente compré el mismo libro pero con el prisma de otros ojos no tiene la misma magia.
Certamen Microrrelatos EMT de MAdrid
Octubre 2014

1 comentario:

Unknown dijo...

El sentimiento en lo simple y cotidiano..