lunes, 21 de enero de 2008

Te busqué

Estás pisando el mismo suelo que yo, la misma ciudad, respiras el mismo aire, y divisas a lo lejos el mismo horizonte que yo. Es emocionante saber que estás aquí, has venido a Madrid para pasar unos pocos días de tus merecidas vacaciones, y tenemos casi el cien por cien de posibilidades de no cruzarnos en esta inmensa mezcla de culturas. No hemos pactado un cruce de miradas, un roce cuerpo a cuerpo, ni un pequeño encuentro inesperado de un viejo amigo, nada que pudiera levantar una sospecha innecesaria a estas alturas de nuestros matrimonios. No has venido sola y eso nos hace ser aún más cautos.

Tengo todo de ti y realmente no tengo nada, me falta tu abrazo, tu cercanía, tu mano y tú beso. Tengo tu voz, tu amistad, tus palabras y tengo tu fotografía. Todas estas cualidades me han hecho salir a la calle a buscarte, a la desesperada, a intentar ese cruce no pactado, a sentir la presencia de mi alma gemela. Recorro las calles principales y los comercios y lugares más reclamados por turistas. Giro mi vista, a izquierda y a derechas, observo parejas, y a escondidas vuelvo a grabar tu fotografía en mi mente, antes de volver a dejarla en el bolsillo de mi camisa. Es una locura, lo se, pero necesito sentir más allá de tu presencia, saber que eres real, saber que tus ojos me miran conociendo exactamente lo que estás pensando, y que sepas que te he buscado sin descanso. Debajo de los soportales, tras el reflejo de los escaparates, abriendo una puerta, subiendo a un autobús, tomando un café, comprando libros, escuchando música en la calle, fotografiándote en una plaza,….pero no hay respuesta, y enloquezco en mi interior por provocar yo mismo esta rabia que se convierte en decepción. Me resisto a abandonar pensando a cuántos metros de distancia está esa ráfaga de aire de tu isla, que ha venido a oxigenar mis ilusiones, grito en silencio tu nombre y no hay respuesta, mi oído escucha voces y ninguna es la tuya; de nuevo me he quedado a solas con tu fotografía y he perdido el rumbo de esta, al fin y al cabo, maravillosa tarde.

He perdido esta primera oportunidad y pienso si habrá alguna otra muy pronto. ¡Seguro¡-pienso-, pero será más concreta. Tiritando de frío, y tomando el camino de vuelta, dos turistas me preguntan si la Puerta del Sol queda cerca de aquí: Sí, debe estar muy cerca, pero llevo ya más de dos horas buscándola.

No hay comentarios: